Con el dictámen de los jueces del Supremo de anteayer en Madrid, 1500 personas en la Plaza Porticada de Santander, 300 en la Plaza Mayor de Torrelavega y algunos más en San Vicente de la Barquera han traspasado el umbral de la protesta “legal” hacia la desobediencia civil.
Con ellos, todos los ciudadanos españoles que protestan en multitud de ciudades en la península (Madrid, Barcelona, Valencia, Oviedo, Granada…), en Europa (Londres, Dublín, Bruselas…) o en el resto del mundo (Nueva York, Sidney, Melbourne, Tánger, Mendoza…) Incluso en Italia ya está empezando una réplica del movimiento de protesta.
Las cosas no cambiarán ni un ápice, pero al menos es un toque de atención de que parte de la sociedad está dispuesta a dar algún paso fuera de la senda marcada por los poderes económicos y políticos, y es un aviso de que si se sigue presionando a la gente sin que se vean cambios visibles en la forma de llevar el país, las protestas pueden ir a más. Veremos cuál es la respuesta de nuestros gobernantes.
¡Hasta la regolvía!